Dios dice: “Ayúdate que yo te ayudaré”. Ya sé que esta frase no aparece en la Biblia, que es un proverbio que se originó en la Antigua Grecia como una frase popular y que Esopo la ilustró en dos de sus fábulas.
No estoy bautizado bajo ninguna religión específica, pero soy cristiano, hijo de Dios. También sé que el segundo mandamiento expresa claramente que no debemos usar el nombre de Dios en vano.
No estoy haciendo uso del nombre del Padre para algo vano sino para transmitirte la idea de que la fe es lo más importante y que puede mover montañas, pero nuestras acciones también. Sería iluso pensar que con solo desear mucho las cosas y “dejárselas a Dios”, como muchos dicen, ya todo va a estar resuelto.
No obstante, es maravilloso cuando ves como tus sueños comienzan a realizarse. Como las cosas que te parecían imposibles se van aclarando y tu vida toma otro rumbo a partir de una fe inquebrantable, la confianza de que Dios está contigo y la convicción de que lo que haces es por un bien mayor, no solo para ti sino para muchas otras personas. Pero hay que actuar. Hay que cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, empezando siempre por nosotros mismos y de adentro hacia afuera.
Buscar la Felicidad en los aspectos externos es el combustible para la frustración y la decepción. Solo tú puedes encontrar lo que te hace feliz. Volvamos a mi pregunta: Si tuvieras una varita mágica, ¿que sería lo primero que pondrías en tu vida?
Esa es la mejor manera de encontrar tus metas. Lo que quieres. Tu propósito. Lo que te impulse para seguir luchando por tus sueños.
Si hiciéramos una lista de todo lo que pide cada persona te asombrarías de la gran diferencia que hay entre lo que cada cual valora más en su vida. Eso es lo que nos hace especiales y maravillosos. Eso nos hace diferentes y únicos.
No dejes de soñar, no te rindas. La Biblia dice en San Mateo 7:7-11: “Pide y se te dará (…). No dice cuánto, cómo, ni pone límites. Tú te pones tus límites. Solo tú sabes lo que de verdad te hará libre y feliz.
Aquí estoy yo para ayudarte a encontrar ese propósito. Ese deseo. No tengo la vara mágica para hacer Milagros, tú la tienes y la llevas dentro. Ten paciencia, espera con fe y ponle todo tu empeño y verás los Milagros que puedes lograr en tu vida.
De ti depende. En tus manos esta tu solución. Solo tienes que comprometerte contigo y con tus sueños. Cada vez que sientas que te vas alejando de tu objetivo, vuelve a leer tus metas, vuelve a preguntarte por qué y para qué. Te garantizo que si eres fiel a ti y te mantienes, te harás indetenible.